jueves, julio 02, 2009

 

Lo que un parpadeo

Uno de tantos espejos, empañado de agotamiento,
arroja su bola de petanca que
resuena en mi garganta sin sueño y sin solapas
cuando, lenta, pide salir a través del dolor y
entre montañas lupa, pálidas hijas de nubes.

Recorre luego pasillos párpados de ataúdes blandos y
saltos sobre la piel, retorcida de antiguos placeres
alumbrados a diario encima de la mesa grande del salón:
visiones, cerveza caliente aceituna, negra agenda, deshojada.

Ojos luz de persiana tuerta, visillo de visita.
Hace calor pero no es eso.

Semen de Sevilla, Sapo de Segovia, todos: Nuevos.
Anuncios musicales
que prometen la sanidad en frascos pequeños,
muy, muy pequeños; claro,
claro que no es eso.

La muerta no soy yo no es la otra, nadie que conozcas,
la muerta es la maquinaria que nos lleva y no es eso:
es la sal y la saliva, la siembra y la cosecha y
entre madres lupa, valles de nubes pequeños; muy,
muy pequeños.


J.M.

Comments:
qué bien cuando te dejas llevar y te sueltas la melena, Juanjo
 
Bonito.
 
La primera estrofa no me ha trasmitido más que caos, como se fuesen las hojas que se han desprendido despues de arrastrar la poesía.

La enganchada la he sentido a partir de "saltos sobre la piel,..." y es una trucha grande, si señor, muy bueno el resto del poema, que se ha deslizado por mi boca en cada palabra.

bl
 
Cierto, le faltaba una arrastrada, gracias por señalarlo, Bárbara Bárbara.

Ahora se entiende mejor lo que estaba ahí desde el principio.

Alquimia colaborativo-receptiva del verbo, podríamos llamarlo...
 
Muy bueno, sugerente e imaginativo. Aparece primero como sucesión de imágenes abstractas concatenadas pero en una segunda lectura se revela concreto y hasta hiperrealista.

Buen ritmo, adecuados silencios y ajustadas metáforas.

Nada como tener algo que decir...
 
Gracias.
 
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