martes, julio 22, 2008
Última mañana
Una serpiente se excita entre mis dedos.
No siento odio cuando inspiro;
al espirar, no deseo la muerte.
Peces negros tragan libélulas
mientras un arrebato me olfatea la memoria.
Descubro una telaraña virgen rozando las escamas de esta heroína
que no sabe volar.
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