miércoles, enero 16, 2008
DILIGENCIA
No quiero viajar en trenes de alta velocidad.
Tampoco tomar un espresso.
A cambio: un café largo,
con tres de azúcar.
Y un viaje en barco de vapor:
panorámico,
y por debajo de los decibelios.
Prefiero una casa sin ascensor;
con vistas al cielo,
con nubes
empujadas por el viento.
(¿o era la rotación de la Tierra?)
El viento sopla fuerte
sólo en casos de extrema necesidad:
el resto del tiempo viaja,
moderado,
procurando no despeinar a las gaviotas.
Joanna
Foto: Pawel Żak, www.baturo.art.pl