lunes, diciembre 18, 2006

 
Casi al cabo de media hora de espera, tenía la impresión de conocer ya, a toda esa gente, de sobra:
Botas por debajo de la rodilla y faldas que se cruzaban, chaquetas de traje, airosas, histéricas o despistadas; bufandas titubeantes, mochilas de todos los tipos y tamaños, pantalones de anchos y estrechos bajos ...
Atardecía, el color, alrededor, se realzaba, con una desnudez anaranjada indigna de todas las alimañas - y sus inventos - en la tierra.
Tras el poste de la marquesina, entre los rayos invernales y la sombra del techo del intercambiador, esperaba ... sin ninguna otra condición, en el abismo entre lo que se me antojaron dos mundos intangibles y desapercibidos para el movimiento ajeno.
Un anuncio rezaba, en varios de los autobuses que pasaron por delante"Con los escombros se hacen caminos"

SARA

Comments:
Me gusta la fuerza del relato junto a esa sensación de hastío en la espera(alimañas.., con los escombros.., etc) y tambien las descripciones.No me gusta tanto la redacción en algunos párrafos, por ejemplo parece que hay un abismo dentro del abismo( no sé si es un juego o una mala redacción.¿Quizá una redacción más directa mejoraría el relato?
 
Hasta la llegada del abismo, el camino era precioso, preciso y emocionante. Muy bueno.
 
es verdad, gracias, no me había dado cuenta!
 
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