jueves, noviembre 05, 2009

 

LAS HORMIGAS SON OBEDIENTES

Una hormiga carga con el cuerpo de una hormiga mutilada: a la parte delantera le queda una sola pata. A la hormiga portadora la confunde mi sombra sobre la pared de granito donde millones de cabezas de hormiga permanecen inertes, atrayendo los últimos rayos de primavera. El insecto busca su camino en vertical, pero en cuanto llega al borde de la luz, recula.

En el suelo, otra hormiga se acerca a una compañera moribunda: mientras observa que aún se mueve, se retira en busca de otra tarea. A su lado, dos hormigas, en un rápido cruce, intercambian noticias: “Aquí no hay nada que hacer. Aún”. Piso a la hormiga moribunda; su hermana se acerca y decide volver más tarde. Será que aún está caliente.

¿Y si yo estuviera andando por la calle con el cadáver de un hermano echado a hombros?

J.


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