miércoles, diciembre 31, 2008
Estrellas
Se agacha cada dos pasos.
Cualquier pizca blanca,
en la oscuridad del páramo,
le parece cocaína
derramada sobre el barro.
Camino detrás, electrificado.
Dos espectros atravesamos
la penumbra. No perdimos nada.
La tenemos dentro.
Se tira al suelo. Se revuelca.
Cada grano de arena. Lo revisa.
Lo degusta, escupe y sigue.
Hablo. Son piedras.
No me escucha.
La agarro del brazo. No sirve.
Clavo en ella la mirada. La transporto
al cielo que nos hiela.
Mira, le ordeno, ahí sí está todo
lo que perdimos.
Alzamos los ojos.
Temblando. De inmediato
sus fuegos nos alcanzan.
J.M.
Cualquier pizca blanca,
en la oscuridad del páramo,
le parece cocaína
derramada sobre el barro.
Camino detrás, electrificado.
Dos espectros atravesamos
la penumbra. No perdimos nada.
La tenemos dentro.
Se tira al suelo. Se revuelca.
Cada grano de arena. Lo revisa.
Lo degusta, escupe y sigue.
Hablo. Son piedras.
No me escucha.
La agarro del brazo. No sirve.
Clavo en ella la mirada. La transporto
al cielo que nos hiela.
Mira, le ordeno, ahí sí está todo
lo que perdimos.
Alzamos los ojos.
Temblando. De inmediato
sus fuegos nos alcanzan.
J.M.
lunes, diciembre 29, 2008
No hay camino
Existen personas que confirman su tremenda humanidad.
Muriéndose.
Habitan en mi memoria algunas de ellas.
Enormes.
Otras te atraviesan el pecho sin ni siquiera mirarte.
Y te fundes con ellas sin palabra ni contacto.
Eso ayuda a seguir caminando.
Existen muchas otras de las que sólo llegamos
a sospechar que son personas.
Sólo enferman de vez en cuando.
El resto del tiempo ocultan el paisaje.
J.M.
Muriéndose.
Habitan en mi memoria algunas de ellas.
Enormes.
Otras te atraviesan el pecho sin ni siquiera mirarte.
Y te fundes con ellas sin palabra ni contacto.
Eso ayuda a seguir caminando.
Existen muchas otras de las que sólo llegamos
a sospechar que son personas.
Sólo enferman de vez en cuando.
El resto del tiempo ocultan el paisaje.
J.M.
miércoles, diciembre 10, 2008
SÚPLICA
La poesía brota de la verdad
verdad vivida y manifiesta.
Cada jornada vivida con garantía
supone una rama que desgarra
el suspenso aire perfumado.
Medra el árbol porque soporta
el peso liviano.
La verdad no es lastre, es futuro
tallo robusto vestido de primavera,
que anuncia el verano encerrado
en inquietas yemas.
Yemas que multiplican la savia contenida.
Poesía, arbol eterno, saciado
de eternas hojas marchitas que creaste a tu semejanza,
bebes miel de poetas, tan dulce
que las abejas abandonan jerarquía y naturaleza,
y acuden a ti resignadas,
ebrias de tu color a primavera y olor a verano.
Poesía, árbol eterno de difusas estaciones,
que sujetas el páramo helado al cielo estrellado,
Poesía, madero milagroso en medio del oceano,
tabla que soportas el peso del hombre:
déjame darte forma,
ser por siempre una rama,
un hoja siquiera,
un pájaro pequeño que se posa.
Ignacio Izquierdo García. Poeta
La poesía brota de la verdad
verdad vivida y manifiesta.
Cada jornada vivida con garantía
supone una rama que desgarra
el suspenso aire perfumado.
Medra el árbol porque soporta
el peso liviano.
La verdad no es lastre, es futuro
tallo robusto vestido de primavera,
que anuncia el verano encerrado
en inquietas yemas.
Yemas que multiplican la savia contenida.
Poesía, arbol eterno, saciado
de eternas hojas marchitas que creaste a tu semejanza,
bebes miel de poetas, tan dulce
que las abejas abandonan jerarquía y naturaleza,
y acuden a ti resignadas,
ebrias de tu color a primavera y olor a verano.
Poesía, árbol eterno de difusas estaciones,
que sujetas el páramo helado al cielo estrellado,
Poesía, madero milagroso en medio del oceano,
tabla que soportas el peso del hombre:
déjame darte forma,
ser por siempre una rama,
un hoja siquiera,
un pájaro pequeño que se posa.
Ignacio Izquierdo García. Poeta