martes, octubre 14, 2008
Mirones
Tres pares de ojos ávidos entran al museo,
paran y disparan sus pupilas
sin tomar prisioneros entre las pinceladas
para calabozos mojados sus retinas.
Tres pares de pies se deslizan
buscan el arrebato frío que
caliente y confirme el anhelo
la exacta pasión la sangre de la misma vida.
Tres pares de manos con el alma
del color en la punta de los dedos
y la línea del latido
en el corazón parada.
Una envoltura un olor, un sabor
para esa mirada
sin la que cualquier dirección
carecerá de sentido.
J.M.
paran y disparan sus pupilas
sin tomar prisioneros entre las pinceladas
para calabozos mojados sus retinas.
Tres pares de pies se deslizan
buscan el arrebato frío que
caliente y confirme el anhelo
la exacta pasión la sangre de la misma vida.
Tres pares de manos con el alma
del color en la punta de los dedos
y la línea del latido
en el corazón parada.
Una envoltura un olor, un sabor
para esa mirada
sin la que cualquier dirección
carecerá de sentido.
J.M.