martes, febrero 12, 2008

 

Juan Uslé

En la ciudad no me hace falta
llevar reloj,
en cualquier momento pasa a mi lado
alguien que mira la hora
y se la dice a su acompañante.
Sólo tengo que prestar atención.

Pinturas mentales, fotos intuitivas:
curiosa paradoja.
Líneas de rodillo que se buscan
sin encontrar.
Sólo Uneleven Love, 56x41 cms. 2003
encuentra y creo que ni el pintor
se ha dado cuenta.

Espera:
Quién soy yo para decir nada.
Ni siquiera sé que hora es,
en este momento.

J.M.

 

Flecha de hueso

Cabeza atravesada por flecha de hueso:
El agujero de las sienes abierto negro, habla.
La masa vira del gris al arco iris.
Sucede que la luz se aleja fuera.

Las formas se sacuden como perros mojados.
Verde es verde, amarillo ciruela clara.

Las cuencas de los ojos avalanchas
rocosas de globos enervados.
Dulce es el sonido de la flauta oscura,
uñas sin dedos, aire sin alabanzas,
la boca engarzada en llamas.

Salir por la ventana al agua nítida,
rascar las raíces de la salamandra.

Desbocar a las bestias mientras andan.

J.M.

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