sábado, febrero 10, 2007
CRISTAL 1
-Hola Duracell, cómeme la polla, anda, !pero no me muerdas!
El Mígue se sonríe,( sólo asoman algunas piezas bucales desordenadas); ya está acostumbrado al Sardina: díle a la puta de tu vieja que me devuelva la dentadura, no te jode.
-No te ralles Mígue, que cada día estás más guapo, eres igual que una calavera, con esos ojos saltones. El Mígue se queda de pie, añade el Sardina, dirigiendo su mirada hacia Cristal, -la cual era la primera vez que estaba en le reunión-, es que si se sienta con ese peaso bullaca...
-Si me siento se rompe la silla, le interrumpe el Mígue.
Mientras, el Sardina, que se había colocado detrás de la nueva, le espetó junto al oido: ¿Y a qué has venido mariquita?
Ésta, que estaba sentada en una de las sillas que formaba un pequeño círculo en medio de la sala, con un rápido movimiento apretó la cabeza del Sardina entre su brazo y el pecho- el cual lucía unas aparatosas tetas-de modo que el provocador quedó a merced de Cristal.
-Qué te pasa tiburón, te estás quedando sin aire, o es que no sabes respirar fuera del agua?
El Mígue, sorprendido, celebró, riendo con su desdentada boca, la llave que había inmovilizado al Sardina, el que a pesar de patalear desesperadamente no conseguía zafarse.
El intenso palmoteo con el que el Mígue jaleaba la angustia del Sardina aceleró la llegada de Cármen:-¿Qué pasa aquí?dijo, dirigiendose a Cristal. Por favor, harías el favor de soltar a Saúl.
-!A que no me vas a volver a tocar el chichi si te suelto, tiburón-dijo Cristal a Saúl mientras apretaba un poco más su cuello.
Éste, cuya cara tenía un color amoratado debido a la falta prolongada de oxígeno, levantó la mano implorando aire. Poco a poco el fornido brazo que le asfixiaba fue relajando la presión hasta que el Sardina cayó al suelo a cuatro patas.
-¿No te vas a sentar, Miguel?- pregunto Cármen, esperando que Saul dejará de toser.
-Si no puedo, se me clavan los huesos, ya no tengo culo;! putas pastillas azules¡.
-Puedes coger un cojín del armario
-¡Éso..., y coge otro para el nuevo, que fijo que también le duele el culo, al muy maricona!- soltó el Sardina, una vez recuperado el resuello necesario.
-Saúl deja de hacer el papel de desagradable y siéntate. ¡Vamos a ver si empezamos de una vez!-zanjó Cármen. Miró a Cristal-hablamos ayer por teléfono, sino recuerdo mal,-ésta asintió con la cabeza mientras retocaba su peinado, el cual había quedado un poco enmarañado en el forcejeo-, ya has conocido a Saúl y a Miguel, prosiguió Cármen, si te parece bien puedes presentarte. Nos gustaría conocer porque has decidido venir. Adelante Cristal
Compañeros, a alguna/o os apetece seguir el relato?
El Mígue se sonríe,( sólo asoman algunas piezas bucales desordenadas); ya está acostumbrado al Sardina: díle a la puta de tu vieja que me devuelva la dentadura, no te jode.
-No te ralles Mígue, que cada día estás más guapo, eres igual que una calavera, con esos ojos saltones. El Mígue se queda de pie, añade el Sardina, dirigiendo su mirada hacia Cristal, -la cual era la primera vez que estaba en le reunión-, es que si se sienta con ese peaso bullaca...
-Si me siento se rompe la silla, le interrumpe el Mígue.
Mientras, el Sardina, que se había colocado detrás de la nueva, le espetó junto al oido: ¿Y a qué has venido mariquita?
Ésta, que estaba sentada en una de las sillas que formaba un pequeño círculo en medio de la sala, con un rápido movimiento apretó la cabeza del Sardina entre su brazo y el pecho- el cual lucía unas aparatosas tetas-de modo que el provocador quedó a merced de Cristal.
-Qué te pasa tiburón, te estás quedando sin aire, o es que no sabes respirar fuera del agua?
El Mígue, sorprendido, celebró, riendo con su desdentada boca, la llave que había inmovilizado al Sardina, el que a pesar de patalear desesperadamente no conseguía zafarse.
El intenso palmoteo con el que el Mígue jaleaba la angustia del Sardina aceleró la llegada de Cármen:-¿Qué pasa aquí?dijo, dirigiendose a Cristal. Por favor, harías el favor de soltar a Saúl.
-!A que no me vas a volver a tocar el chichi si te suelto, tiburón-dijo Cristal a Saúl mientras apretaba un poco más su cuello.
Éste, cuya cara tenía un color amoratado debido a la falta prolongada de oxígeno, levantó la mano implorando aire. Poco a poco el fornido brazo que le asfixiaba fue relajando la presión hasta que el Sardina cayó al suelo a cuatro patas.
-¿No te vas a sentar, Miguel?- pregunto Cármen, esperando que Saul dejará de toser.
-Si no puedo, se me clavan los huesos, ya no tengo culo;! putas pastillas azules¡.
-Puedes coger un cojín del armario
-¡Éso..., y coge otro para el nuevo, que fijo que también le duele el culo, al muy maricona!- soltó el Sardina, una vez recuperado el resuello necesario.
-Saúl deja de hacer el papel de desagradable y siéntate. ¡Vamos a ver si empezamos de una vez!-zanjó Cármen. Miró a Cristal-hablamos ayer por teléfono, sino recuerdo mal,-ésta asintió con la cabeza mientras retocaba su peinado, el cual había quedado un poco enmarañado en el forcejeo-, ya has conocido a Saúl y a Miguel, prosiguió Cármen, si te parece bien puedes presentarte. Nos gustaría conocer porque has decidido venir. Adelante Cristal
Compañeros, a alguna/o os apetece seguir el relato?
Comments:
<< Home
lo siento, pero creo que pasan demasiadas cosas sin que pase nada.
lo que más me atrae del relato es la idea de que lo ofrezcas para continuarlo. Ay, me siento mal, pero qué le voy a hacer.
Me da la impresión de que es por los personajes, que quedan marcados desde el principio de una forma rotunda, pero no transmiten nada. Me he quedado fuera del relato.
(no sé quién lo ha escrito, perdóneme usted por mi comentario)
lore
lo que más me atrae del relato es la idea de que lo ofrezcas para continuarlo. Ay, me siento mal, pero qué le voy a hacer.
Me da la impresión de que es por los personajes, que quedan marcados desde el principio de una forma rotunda, pero no transmiten nada. Me he quedado fuera del relato.
(no sé quién lo ha escrito, perdóneme usted por mi comentario)
lore
a mi me parece que da juego lore, se puede aprovechar para darle un giro a los personajes, ¿no?
igual también me animo
smc
igual también me animo
smc
puede ser, puede ser.
me lo voy a imprimir , volveré a leerlo e intentaré continuar.
a veces me pongo cerril, quizá.
lore
me lo voy a imprimir , volveré a leerlo e intentaré continuar.
a veces me pongo cerril, quizá.
lore
Me parece que al relato le falta "tempo". Es necesario trabajarlo más para que entre suave,asi tiene demasiadas aristas, hay que mejorar la puntuación, recrearse en la imagen del personaje, además de lo que dice. por ejemplo el sardina supongo que está imitando al conejito de duracel cuando se dirige al Mígue, pues éso debe ser reflejado en el relato y además serviría para aligerar el texto
Ësto de escribir es muuuu complicado y requiere muuucho tiempo. Autocrítica.
Publicar un comentario
Ësto de escribir es muuuu complicado y requiere muuucho tiempo. Autocrítica.
<< Home